Noche enlunada y un plácido aire tibio
entre la negra seda iluminada,
quieto.
No existe aquí el silencio: ejércitos de élitros,
criaturas cribando los críticos espacios.
reclamándole al día su existencia.
los grillos están locos,
los perros que ahora ladran
también
se han vuelto locos.
¡Qué horizontes tan frágiles, allá de estos sonidos!
Camiones en madrugada y ráfagas de...sin piedad
-miradas desde la sangre en pupilas de metal-
que desde aquí no se escuchan.
Luego el filo del hambre
ensanchando la heridaen silencio,
en silencio…
Nunca más los oiremos:
bajo flores silvestres,
bajo lápidas grises, hay anónimas
mediaslunasy estrellasdedavid... y crucesblancas;
o ni siquiera eso: ni siquiera una lápida
junto a las amapolas, al borde de un caminoy en silencio,
en silencio.
Tejedor de sonidos, mercader de memorias
y silencios:
si los hombres callamos, dinos porqué,dinos porqué enloquecen
los grajos
y los grillos
y los perros.