Bienvenida

Entras en un taller de poesía donde no hallarás ningún maestro; tan sólo un alumno con vocación de no dejar nunca de ser alumno.

2 ene 2011

Exageración












Sí: el mundo ya despierta al nuevo año.
 
Incalculables millones de mensajes sms se lanzaron con los
    mejores deseos estandarizados. Eran
el suavizante del aire, la alegría de algunos, la tristeza de
    quienes esperaban palabras de amor.
 
Ya se despertaron los que aprendieron a gastar en
    desmedida lo que aún no han ganado.
Ya va cesando el ruido.
Sigue sin oírse el silencio de los pobres.
 
Ya otro año más que se apuntala sobre los pronósticos
    de los poderosos, que avistan
brotes verdes sobre los campos  arrasados.
Y en los países donde las flores emergen, ya se invita
    a los exhaustos ciudadanos a consumir
los sobrantes de la chatarra y el plástico
en sobrecitos cuyo prospecto habla de felicidad.
 
Ya es hoy el primer domingo
    para los trabajadores que
    deberán sonreír
en los horarios extra de los
    hipermercados ante la
    campaña "Reyes Magos".
El último modelo de muñeca
    que llora, deberá ser
    ofrecido
a un mundo que ya no
    escucha el llanto de los
    niños.
 
Ya es el primer día en que los
    trabajadores de los bares
    restaurantes escuchan
    inclinados
las apocalípticas quejas de la
    patronal
por la nueva prohibición de fumar en los locales públicos.
 
Ya escucho a Tomás, con su lenguaje taurino, que 2011 es
una cifra con cabeza de toro; y luego su vientre; y después
dos rejones de muerte que lo rematan.
¡Qué imaginación! ¡Qué exageración! Pero Tomás no falla...
(... y Tomás es el nombre de mi olfato).
 
Un año más para un mundo que ha venido estrangulando
al campesino, al pastor, al artesano. Un año más
de corrupción administrada por los que no debieron
ser ungidos para juzgar a nadie.
 
Éste es mi mundo y mi época: la fealdad sobre la que
    necesito
levantar sutiles templos de esperanza, de amor o de
    belleza,
o sucumbir ante los excesos que abotagan
mis sentidos para alejar el suicidio invocado cada día,
ahora que no puedo ascender a las montañas
para otear desde la altura y así no poder ver
lo que la altura oculta al ojo humano.
 
Oh, mundo feliz. Abro a ti, de par en par,
la ventana al nuevo año. Renuevo
el carnet de socio. Y ya huelo
tus orines y tus heces.
 
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Imágenes (fuentes):
   "Niño africano"                                 >  Google  >  somos.vivencianos.org
   "Brindis"                                             >  Google  >  http://www.1de3.com/
   "Niña llorando sobre estercolero"  >  Google  >  www.ich.edu.pe
  

2 comentarios:

21 dijo...

Me uno a ti, Luis, en el reclamo de lo auténtico frente a la vida artificial y sorda que hemos tejido entre todos. A tu bandera le cuesta ondear, ya que el viento ha sido comprado para inflar ideas prefabricadas al abrigo de conciencias que solo persiguen la felicidad efímera de aquello que ha ido ganando terreno frente a aquello que heredamos de padres y abuelos.
Es un escrito lleno de autenticidad y especialmente necesario. Mis respetos y un saludo, de corazón.

Luis Nieto del Valle dijo...

Me alegra tu visita, Veintiuno, y me alegra que compartimos opiniones. Un abrazo